CASTRATI
A propósito de los
Castrati, mencionados anteriormente, vamos a centrarnos en quiénes fueron.
Los castrati eran
los cantantes castrados de niños para conservar así su voz aguda. El término
español referido a estos cantantes era capón (hoy
en desuso).

Ya en
Constantinopla, en el 400 d.C, la emperatriz romana Eudoxia tenía un coro cuyo
maestro era un eunuco (varón castrado), lo que podría haber dado lugar al uso
de castrati en los coros bizantinos. Probablemente desaparecieron
debido a que los falsetistas los ocultaron. Volvieron a aparecer a principios
del siglo XVI.

Los castrati se
instruían de la misma forma: una hora de canto de piezas difíciles e incómodas,
una hora practicando trinos, una hora en ejercicio adornado passaggi, una hora
de canto delante del maestro y de un espejo para evitar movimientos
innecesarios del cuerpo o muecas faciales y una hora de estudio
literario. Todo esto, antes del almuerzo. Después, componían música vocal, que
podían elegir (sacra o secular).
Entre 1720 y 1730,
más de 4000 niños fueron castrados, muchos de ellos obligados por sus padres
que, al ser pobres, veían una oportunidad de ganar dinero.
El más importante
fue FARINELLI.
Carlo Broschi fue
un castrato italiano del siglo XVIII.
Fue castrado por
una necesidad médica, tras un accidente de caballo. Aunque en esa fecha las
castraciones estaban prohibidas, al pertenecer a una familia noble, los médicos
le hicieron la vista gorda.
Su primera
actuación pública fue en 1720, con Angelica e Medoro.
En Bolonia conoció
al cantante Antonio María Bernacchi, a quien debió mucho de su instrucción.
La reina de
España, María Ana Victoria de Baviera, utilizaba su voz para curar la depresión
de su hijo Felipe V. Le ayudó tanto que este le otorgó el título de Primer
Ministro a Farinelli. Fue condecorado con la Cruz de Calatrava y
se le otorgó el Rango de Caballero, en 1750.
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