TIPOS DE VOCES
1. Tenor es el cantante cuya tesitura está situada entre la del contratenor y la del barítono. Su extensión o amplitud vocal suele ir desde el do3 hasta el la4, en canto coral, y hasta el do5, el "do" de pecho, en solos. Algunos tenores pueden alcanzar extremos bajos como si2 o altos como fa5.
La palabra tenor deriva del latín tenere (sustentar), debido a que en la música eclesiástica del Renacimiento el tenor sustentaba notas cortas y a cada sílaba del texto le hacía corresponder una sola nota, mientras que otras voces cantaban con un estilo melismático.
El tenor ligero, también llamado tenorino o tenore di grazia, posee una voz clara, aguda y ágil. Es una voz frecuente entre los tenores, aunque la calidad es siempre difícil, siendo Juan Diego Flórez, el más conocido en la actualidad. Dentro de este tipo de tenores vale la pena destacar algunos tipos especiales de voces, por sus muy específicas características: Luigi Alva, Alfredo Kraus, entre otros.
El tenor lírico ligero, también denominado tenor cantante, posee una voz con más cuerpo de la del ligero y con ciertos matices líricos. Empezaron a popularizarse a finales del siglo XVIII y dominaron el período del bel canto durante el siglo XIX hasta el advenimiento de Wagner por un lado y el verismo italiano por el otro, que exigían otro tipo de tenores. Quizá los más importantes de los que se tiene constancia discográfica sean Alfredo Kraus, Tito Schipa, Fritz Wunderlich, Juan Diego Flórez y Francisco Araiza
El tenor lírico es una voz de mayor potencia y firmeza en la proyección de la voz. Se exige un buen dominio del registro medio y belleza en el agudo. Es una voz muy apreciada y no infrecuente, aunque solo destacan las voces de extraordinaria belleza tímbrica como las de Jaume Aragall, Francisco Araiza, Ramón Vargas, Marcelo Álvarez, Luciano Pavarotti, Andrea Bocelli, y Nicolai Gedda. El papel más emblemático del tenor lírico es el del Rodolfo en la ópera La Boheme de Puccini.
El canto spinto fue apareciendo a finales del siglo XIX para atender las óperas del naciente repertorio verista y popularizado después por las grabaciones del tenor italiano Enrico Caruso. En el canto spinto se abandonan las virtudes más técnicas del bel canto, para lograr un canto más potente, espontáneo y capaz de imitar expresiones de emoción desencadenada propias del verismo. Aunque la palabra spinto ha llegado a ser un término para un determinado tipo de papel, el verbo spíngere no describe un tipo de voz, sino el defecto técnico de ‘empujar’ la voz. Así, el cantante llega al agudo con una exagerada presión subglótica de aire. Por eso, el tenor lírico spinto comúnmente no puede realizar coloraturas pero su volumen se ve incrementado, pudiendo sobreponerse a las cada vez más nutridas orquestas. Voces ejemplares de ese tipo fueron las de Carlo Bergonzi, Enrico Caruso, Franco Corelli, Plácido Domingo, Jonas Kaufmann, entre otros.
En el repertorio alemán, el Heldentenor es el tipo vocal del tenor dramático. La concepción musical de Richard Wagner exigía un tipo vocal muy concreto y exigente: voces de corte dramático, pero de enorme resistencia física para sobreponerse durante horas a la orquesta wagneriana. Su primer exponente fue el muniqués Ludwig Schnorr von Carolsfeld, que falleció a las semanas del primer "Tristan". Frecuentes en otro tiempo, hoy son directamente inexistentes.
Los más celebrados tenores wagnerianos de los que hay constancia discográfica fueron Lauritz Melchior y Max Lorenz, además de Wolfgang Windgassen, Set Svanholm, Ludwig Suthaus, Günther Treptow, Jon Vickers, Siegfried Jerusalem, James King, Ramón Vinay y Rene Kollo.
Un tipo de tenor muy específico de la ópera francesa reformista. Requiere un dominio absoluto del registro mixto; esto es, la capacidad de cantar en el límite entre el registro de pecho y de cabeza o falsete. Portentos técnicos como Nicolai Gedda o Alain Vanzo han podido cantar estos roles, pero quizá solo Léopold Simoneau y Russell Oberlin (por tesitura, que no por repertorio) hayan sido los únicos haute-contre de entidad en el siglo XX.
Al tenor rossiniano se le exige virtuosismo en la agilidad, dominio técnico para terribles saltos de octava y agudos altísimos que con frecuencia deben atacarse en falsete. Se puede destacar como especialistas modernos a Juan Diego Florez, Francisco Araiza, Bruce Ford, Rockwell Blake y Chris Merrit.
Para el tenor mozartiano el elemento más importante es el aborde instrumental de la voz, lo cual implica: una emisión vocal esbelta e impecable, perfección en la entonación, en el legato, en la dicción y en el fraseo, capacidad para hacer frente a las exigencias dinámicas indicadas en la partitura, belleza tímbrica, línea de canto segura resultante de un perfecto soporte y el perfecto dominio técnico del fiato, inteligencia musical, disciplina corporal, elegancia, nobleza, agilidad y habilidad para ejecutar y contener la expresividad dramática dentro del estrecho margen impuesto por el estricto estilo mozartiano, siendo el estilo mozartiano mismo el principal requerimiento a cumplir.
La tradición alemana del tenor mozartiano data de fines de los años 20 del siglo XX, cuando dichos tenores comenzaron a hacer uso de la técnica desarrollada por Caruso para lograr e incrementar la dinámica y la expresividad requeridas por Mozart.
Las referencias comienzan con Marcel Wittrich a fines de los 20 y continúan con Joseph Schmidt, Walther Ludwig, Anton Dermota, Fritz Wunderlich y Francisco Araiza, siendo este último quien ha dejado el legado mozartiano más abundante incluyendo: 15 grabaciones, 7 roles y más de 350 presentaciones documentadas en los principales teatros del mundo durante un período de 25 años.
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